¿Qué sería de nosotros sin la esperanza del reencuentro? ¿Dónde caerían las lágrimas o los pensamientos de añoranza?
Hermano amado, el cielo hoy debe tener aroma a mandarinas del Tafi y a brisa de La Banda, El sendero hacia los cerros, el color de tu sonrisa despreocupada. ¡Qué “cielo” hermoso ahora con vos!
Te digo que te quiero hermano mío y sé que debo repetirlo (solés distraerte y no escuchar en la primera) te quiero hermano mío.
También te digo que te despido con el dolor que solo el amor de hermanos puede entender, en esa extraña paradoja. Te despido y cada lágrima es un dejavú de otras partidas.
Agradezco tanto que en esas vueltas de la vida hayamos sido hermanos que hayas sido el ser humano que fuiste, hermoso, con el Señor en tu vida, con valores de trabajo y dedicado a tu familia. Que nos dijiste que nos amabas tantas veces llamándonos en diminutivo aún cuando ya éramos adultas: "Lorenita".
¡Cuántos te aman! No hay corazón al que no hayas llegado. Gracias por las hermosas sobrinas y nieto que nos diste, tu herencia de amor, la que se valora, la que importa!
Rodi, nos volveremos a ver, tenemos esa promesa.
9 de mayo de 2021
Dedicado a quienes transitaron el mismo dolor a causa del covid19
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